lunes, 26 de julio de 2010

Encanto

Me aferro con una mano a su brazo
dejo que solo las puntas de mis dedos le toquen
logrando hacerle murmurar finos gritos
al compás de rozar su cintura. 
Disfruto escuchar la pasión
con la que responde a cada roce...
respiro antes de continuar,
me inspiro de nuevo para acariciarle.
Dejándome llevar por la suavidad de
su piel lisa y firme, para extasiarme 
por dentro,me entrego a su canto...
se entrega en mis manos.
y al final sé que al alejarme de su cintura
su último grito quedará resonando 
por todo el sitio
llenando los vacios de esta alma
antes de sumirnos en el silencio
que mitigara nuestra complicidad
hasta el siguiente encuentro
y fundirnos de nuevo...






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